Juan Carlos Martin Rojas
Hemos descendido…
Hemos descendido del Cielo como una gran familia cuya misión es arreglarlo todo a como era en un principio; o sea convertir el universo en algo inextinguible rebosante del carácter de aquel Misterio que siempre fue.
Con palabras que salen de mi rostro / Simples palabras humanas con las que me comunico con la Vida; y la Vida se comunica conmigo / Con palabras que no sé de dónde vienen, que vienen de la nada / Para muchos esto sería un delirio: entonces amo ese Delirio… / De todas maneras la Apoteosis será inevitablemente constante: Paz… “in crescendo” / Cuántas verdaderas premisas falsas hemos olvidado / Los han alimentado con demasiado miedo e inconsciencia.
Lo que nunca debió ser misterio, por alguna errada razón pasó a serlo y se olvidó la verdad. Perdiéndose la belleza de las Almas que tantas cosas desea el Misterio transmitirles.
Los que hemos descendido del cielo estamos decididos a cumplir la Voluntad de quien nos creó. Los vivientes se unirán a nosotros y gobernaremos la Tierra, en medio de pompa y boato, con autoridad: A cielos abiertos por medios “no convencionales”.
Vendrá la paz inevitable; y solo falta la presencia… pero la presencia está allí: solamente hay que descubrirla… descúbrela, disfrútala, vive desde ya la Vida eterna… escudriña…
Porque hemos descendido del Cielo…
La Señal…
El Cielo lo quiso…
Podría decir tantas cosas acerca de la señal: involuntaria, inesperada, sorprendente, reveladora, definitoria, signo de comprensión, que a la vez confunde, que orienta y que a la final conduce inequívocamente a un personaje en específico. Y tantas cosas más… y solo ahondando en ese personaje es donde está la respuesta que he buscado en sus adeptos o en sus críticos… Hasta sacar ciertas conclusiones propias… porque esto no se puede quedar así…
Que nunca yo pensé que me iba a ver involucrado en menesteres tan importantes, pero así lo quiso el Cielo y así se ha cumplido: Un amargo precio he tenido que pagar para llevar a cabo esta misión que preferiría no definir y menos aún adjudicarle un enunciado: porque las risas y las burlas, se derramarían ante mí, y creo que eso no es del agrado de nadie.
Por ello trato de guardar mi secreto, en perfecta convivencia conmigo y los demás; y cuando he cometido indiscreción solo me he encontrado con un decepcionante escepticismo… “burlas y risas, risas y burlas…”: Al loco que le den sus pastillas, y el destino que lo sane cuando le plazca… “enfermedad crónica e incurable”.
Pero Señor… no me dejes terminar mis días, mis peores días, los últimos días de mi vida en un manicomio… que ahora estoy verde y fresco como la más hermosa de las plantas. El rocío mañanero baña mi cerebro, y las flores cubren mis pies…
Porque hay mucho trauma, que no sé si me tocaba a mí: pero el Cielo lo quiso, y si realmente fue así: al final habrá valido la pena máxima que me ha tocado…
Mientras tanto me conformo con una vida modesta, la cual siempre he tenido y a la que obviamente estoy acostumbrado: no podía ser de otra manera: mañana debo ir al Mercado a hacer unas compras… mientras tanto: rumiar… rumiar… rumiar… todo lo que sucedió desde aquella bendita señal… que solo fue un signo de maldición… Conviviendo en perfecta armonía conmigo y con los demás… y con la maldición…
Perdonados:
Perdonadas todas las diferencias
Olvidados todos los sacrilegios
Borrado algún rastro de maldad
Ningún pálpito negativo más allí
Todas las iniquidades borradas
Abajo todas las calumnias
Arriba las alegrías más grandes
Todo lo sórdido y mediocre se acabó
El poder es de Uno solo
el Mundo nuevo está por venir…
Se alzan todas las manos en reverencia y adoración
Perdonados: con el alivio de un alma liviana… muy liviana…
Dejando a todos SER
Sin delitos contemplados en ninguna ley, pues no existen…
La alegría de un nuevo mundo: que tanto se ha soñado, tanto se ha esperado
pruébalo: y no quedarás decepcionado: es Dios
No le tengas miedo…
Es una realidad algo extraña pero imposible de ser imposible: además de inevitable…
Tarde o temprano le mirarás y: ¿Qué le vas a ofrendar?
Dale las flores que crecen en tu conciencia enternecida
Aquí no hay destrucción… todo lo contrario
Solo agua de sol y rayos de luna… estrellas de colores… arquitecturas naturales insospechadas
Sinfonías en estructura: color a verde esmeralda… color a perdonados…
Y siguen cayendo esos muros altos y pasa la gente: la gente de verdad…
los que ya no están enfermos, los que escogieron sanidad: santidad…
Y a tantas cosas, situaciones y personas que nos determinaban se les acabó el tiempo para ser…
están gimiendo en su soledad donde solo encontrarán la locura… en la cacofonía de sus razonamientos pensados tantas veces tratando de justificar algo inaudito…!
Algo que solo tuvo sentido para ellos… en sus pensamientos desmembrados del estado-alma
Así… se sigue acercando el mundo venidero: el mundo nuevo: el mundo profetizado: el mundo anunciado…
¿Y quién mintió?
Solamente el que se equivocó…
Cúbranse todos… que siguen cayendo los muros y no sabemos qué hay del otro lado… aunque se nos ha dicho, nos han sido dadas muchas explicaciones: algunas sin explicación
No te dañes la mente, que el espíritu continúa… solo eso continúa…
